Detengan a esos locos belicistas de la OTAN
Es increíble, el mundo está siendo empujado hacia el abismo de la guerra nuclear por la mediocridad de estúpidos sujetos occidentales que ni siquiera han sido elegidos.
Jens Stoltenberg, el jefe civil del bloque militar de la OTAN es el último bruto en presionar a Estados Unidos para que permita atacar a Rusia con armamento de largo alcance.
Se nos induce a creer que este figurón noruego emitió un avance conceptual (¿cuánto le pagarían y por quienes en lo que sería el chantaje empleado?) por decirle a la revista The Economist que el régimen ucraniano de ahora en adelante debería ser autorizado para emplear los misiles de la OTAN para atacar a Rusia.
No obstante, con las habilidades de la lógica de un zopenco como Stoltenberg, este alegó que semejante medida no conduciría hacia una escalada en la guerra entre Rusia y la OTAN porque el armamento no sería disparado desde países de la OTAN.
De tal modo ¿Creería Stoltenberg que de algún modo es factible convertir a Ucrania en un silo para el lanzamiento de proyectiles balísticos contra Moscú y aún así que Rusia no perciba a las naciones de la OTAN como blancos legítimos?
Y como queriendo reasegurarlo agregó, “No tenemos ninguna intención de enviar tropas terrestres hacia Ucrania porque nuestra intención es doble, apoyar a Ucrania tal como lo hemos venido haciendo, pero también asegurar que no estamos escalando todo esto hacia un conflicto mayor.”
La desfachatada cara de Stoltenberg y de otras figuras occidentales es esa, con sus arrogantes actitudes, lo que está sucediendo no es una escalada porque ellos dicen que no es una escalada. Es como si alguien golpeara con el puño en la cara a alguien y tuviera la desfachatez de decir que no lo golpeé, porque lo digo yo.
El anterior primer ministro noruego, que pronto abandonará su cargo en la OTAN para asumir un cómodo cargo como banquero central, es la última voz occidental en aumentar la apuesta en la guerra por encargo de Estados Unidos contra Rusia en Ucrania.
El Secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken – queriendo ser guitarrista roquero que no tiene idea de lo que está cantando—también se ha unido a la lista de políticos guerreristas exigiendo que a Ucrania se le de licencia para atacar territorio ruso con armamento de largo alcance suministrado por la OTAN.
El Ministro de Relaciones Exteriores del Reino Unido, Lord David Cameron, el retardado educado en Eton, ha decidido que Ucrania tiene “todo el derecho” para utilizar los misiles crucero Storm Shadow suministrados por el Reino Unido, para atacar blancos al interior de las fronteras rusas anteriores a la guerra.
Otras figuras políticas de hecho apoyan la guerra nuclear, son el Vocero de la Casa Blanca, Mike Johnson, fanático religioso que cree que Dios en un anticomunista, como también Victoria Nuland, la ex diplomática norteamericana que fue partera del golpe de estado del año 2014 en Kiev que posicionó al actual régimen neonazi.
Todos ellos están exigiendo al gobierno de Biden que abandone las restricciones oficiales sobre el régimen por encargo de Ucrania empleando misiles occidentales para atacar a Rusia.
Vladimir Zelensky, el presidente títere de Ucrania, quien canceló las elecciones pero continúa ejerciendo el cargo, ha demostrado junto a sus asesores occidentales que les den mano ancha para atacar el interior de Rusia.
La diferencia entre “permiso oficial” es un cínico juego de manos.
El lado ucraniano con la logística y armas de la OTAN ya ha estado atacando el interior de Rusia.
Infraestructuras petroleras y bases militares al interior de las fronteras rusas anteriores a la guerra han sido frecuentemente atacadas con misiles y vehículos aéreos no tripulados. Resulta inconcebible que tales ataques pudieran llevarse a cabo sin la participación de la OTAN, incluyendo asesores militares en el terreno.
No obstante, la diferencia retórica es significativa. Para el gobierno de Biden dar luz verde oficialmente para tales ataques, implicaría una grave y explícita escalada – cosa que Rusia no podría permitirse ignorar.
Rusia ya lo ha advertido, que el armamento de la OTAN atacando en su territorio redundaría en represalias más allá de Ucrania. Eso podría significar ataques aéreos rusos contra miembros de la OTAN.
Esta semana Rusia inició ejercicios para el despliegue de armamento nuclear táctico.
La públicamente doctrina nuclear de Rusia, define la permisibilidad para emplear tales armamentos con el criterio de la nación rusa enfrentada a una amenaza estratégica, incluso si semejante amenaza proviene de enemigos empleando armamento convencional.
Occidente y su encargado ucraniano se están dirigiendo hacia ese catastrófico umbral. La semana pasada, se informó que uno de los sistemas de radar de alarma balística temprana de Rusia, ubicado en la región sudoeste de Krasnodar, fue alcanzado por un aparato aéreo no tripulado.
Uno de los propósitos del ataque fue desbaratar la capacidad de Rusia para interceptar cabezales convencionales de guerra ATACMS de largo alcance que Estados Unidos está listo para suministrar a Ucrania. Otra interpretación mucho más siniestra es que Occidente está probando la capacidad de las defensas nucleares de Rusia.
Cuando esta guerra por encargo se inició hace más de dos años con la intervención rusa en Ucrania, luego de ocho años de incesante armamento y provocaciones de la OTAN a través del régimen neonazi, hubo ansiosas discusiones entre las elites de los miembros de la OTAN acerca de si enviar “armamento letal” y no solo cascos, anteojos de visión nocturna y radios.
A la vuelta de dos años, las deliberaciones de la OTAN han cambiado hacia el envío de tanques, caza-bombarderos F-16 y misiles crucero y actualmente está asumiendo una posición oficial que apoya atacar a Rusia en profundidad con cabezales balísticos de guerra.
Resulta increíble que los elementos que permanentemente están promoviendo el conflicto sean una minoría minúscula en las sociedades occidentales, que ni siquiera han sido elegidas – Stoltenberg, Blinken, Cameron y Nuland entre otros. Estas muñecas parlantes están montando la apuesta de los maestros de la guerra, el complejo militar industrial y la oligarquía bancaria.
Las elites belicistas argumentan que Ucrania tiene sus manos atadas a su espalda debido a que no puede bombardear a Rusia a voluntad. En realidad el país que tiene sus manos atadas es Rusia. Tiene que escuchar a tipos como Stoltenberg y a los del tipo como él que abogan a favor de ataques contra Rusia desde posiciones de fuego de la OTAN en Ucrania y sin embargo a Rusia supuestamente no se le permite ejercer represalias contra la OTAN.
Con certeza, una fatal línea roja es inminente. La locura reina entre las elites occidentales en tanto el mundo es conducido hacia el abismo.
Las mayorías del mundo necesitan emitir órdenes de detención contra estos privilegiados criminales antes que sea demasiado tarde.
Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona
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